(Entrada a Mercasevilla "salvaguardada" por la Policia Nacional)
Cuando llega a nosotros por cualquier medio las palabras “EREs de
Andalucía” siempre nos suelen venir a la cabeza lindezas como “chorizos”,
“mangantes”, “rateros” y cualquier otro calificativo al que desde hace tiempo
nos tienen tan acostumbrados a invocar al ver cualquier telediario, escuchar un
reporte de radio u ojear la portada de algún periódico.
Los “EREs de Andalucía” nos tienen tan cansados como Gürtel, Bárcenas,
Urdangarín, y tantas otras palabras que jamás tendrían que haber existido y sin
embargo penamos con el mismo dolor que cuando oímos las palabras: Rajoy, Mas,
Rubalcaba, Cospedal, Wert, Montoro, y demás dolores de gónadas.
Los “EREs de Andalucía” han sido, y aún son, el Pepito Grillo del
partido Socialista en España. Si el PP destrozaba la sanidad, le recordaba al
PSOE: “EREs de Andalucía” y a callar. Si apuntillaba la educación y cercenaba
los presupuestos de investigación, con decir “EREs de Andalucía” era bastante
para no tener más oposición que un tibio “niño travieso no hagas eso”.
¿Pero alguien tiene la más remota idea de qué son exactamente los “EREs de Andalucía” y a quiénes afecta?
Cuando los medios, o los politicastros, usan este infausto binomio se
refieren fundamentalmente al caso de los “EREs de Mercasevilla”, pero jamás se
ahonda en el tema fuera de algunas generalidades, no menos ciertas que decir
que el Sol calienta, como maletines, escuchas, mariscadas, corrupción,
intrusos, y oscuros tejes y manejes de la Junta de Andalucía.
Al final, como diría el gran Harry Callahan, este tema, como la mierda
de perro seca, se la llevará la lluvia y desaparecerá. Los responsables
políticos, si es que alguna vez son sentenciados, serán absueltos con disimulo
y reaparecerán como el maldito “pie de atleta” en algún lugar húmedo y sombrío
de la administración pública, para seguir mamando de la gran teta que engorda
sólo a unos pocos y que nos está secando a todos. ¿Pero somos tan ingenuos como
para pensar que nadie está penando por culpa de la mala fe y la poca vergüenza
de estos pocos que salvarán sus posaderas?
Mercasevilla es, y digo es a pesar de haber privatizado ya toda su
gestión, una empresa mixta mayoritariamente pública. El 51% pertenece al
consistorio sevillano, el 48% a la empresa estatal Mercasa y el 1% restante es
capital privado. Así que el 99% de Mercasevilla es declaradamente público, y sería
ingenuo pensar que cualquier cosa fraudulenta que pasara de puertas para dentro
no tuviera responsables que fueran fácilmente identificables, imputables y
sancionables.
La particularidad de Mercasevilla es que a pesar de ser una empresa
pública al 99% sus trabajadores nunca gozaron del lujo de ser funcionarios
públicos. La gestión de la plantilla siempre ha sido la de una empresa privada.
Así pues llegado el año 2003 Mercasevilla S.A. promovió un Plan de
Prejubilación, debidamente pactado con los representantes sindicales y la Junta
de Andalucía para ofrecer la prejubilación a aquellos que reunieran ciertas
características. 40 trabajadores se acogieron voluntariamente a este ERE en las
siguientes condiciones: 89% del salario para los trabajadores entre 50 y 54
años, 93% para los trabajadores entre 55 y 60 y el 95% del salario neto mensual
de la base reguladora que percibían antes de acogerse al ERE para los mayores
de 60 años. Este plan fue financiado por Mercasevilla y la Junta de Andalucía,
y hasta hoy nada ha cambiado para estos extrabajadores de Mercasevilla.
El “pero” de este asunto llegó con el
segundo ofrecimiento de la empresa y la Junta de Andalucía al resto de
empleados que cubrían el perfil para ser beneficiarios del mismo plan de
prejubilación. En el año 2007 se promueve este en las mismas condiciones que el
anterior de 2003. Este nuevo plan podía beneficiar a 63 trabajadores pero sólo
40 se acogieron voluntariamente al mismo. Tanto la empresa como los representantes
sindicales y la Junta de Andalucía les garantizaron la fiabilidad del plan con
sendos documentos oficiales firmados por ejemplo por el Director General de
Trabajo y Seguridad Social en aquel entonces, el ahora imputado señor del PSOE Francisco
Javier Guerrero, autorizando dichos pagos, igual que hiciera con el anterior
ERE que con tanta puntualidad aún está llegando a los que se acogieron en el
2003.
Pero la realidad española se desplomó en
el año 2008. Las razones son por todos sabidas y por los que ya sabemos,
debidamente escondidas. Y junto al cataclismo financiero, asomaron como una
infección purulenta, las pústulas de la omnipresente corrupción española en
todos los estamentos que no pagaron lo suficiente como para mantener su nombre
a buen recaudo.
El escándalo saltó a la palestra pública
cuando el señor del PSOE Fernando Mellet, a la sazón Director General de
Mercasevilla por aquel entonces, fue descubierto en unas grabaciones de audio
donde exigía a unos empresarios hosteleros andaluces la suma de 450.000 euros a
cambio de lograrles una ayuda de 900.000 para impartir cursos de formación.
Fernando Mellet era una de las firmas de
peso de los EREs a los ya exempleados de Mercasevilla de los años 2003 y 2007.
Pero el señor Mellet olvidó unas de las reglas básicas de la mafia, camorra,
cosa nostra o Junta de Andalucía (como se le quiera llamar): “Si eres
descubierto guarda silencio”. Mellet, asustando o ingenuo, o simplemente tonto,
no tuvo otra ocurrencia que nombrar al señor del PSOE Antonio Rivas, exdelegado
de Empleo de la Junta de Andalucía como instigador del intento de “mordida” a
los hosteleros. Visto lo cual la maquinaria anti levantamiento de manta se puso
a jugar en contra de todo lo que sonara a Mercasevilla antes de que “otras
posibles irregularidades” comenzaran a apestar el banquete.
(Señores Mellet y Torrijos en plena reunión de trabajo, Torrijos era el Presindente del Consejo de Administración durante la gestión del señor Mellet)
Los medios de comunicación y los colores
contrarios a los de la Junta de Andalucía comenzaron su labor de erosión, no
tanto por una búsqueda de la verdad y de las responsabilidades, faltaría más,
si no por la excelente carnaza política que este escándalo podía ofrecerles.
Los EREs, buque insignia de la gestión
pública de Mellet pasaron bajo la lupa del escrutinio público y en noviembre de
2009, la Junta de Andalucía, por la razón que queramos imaginarnos, decide
unilateralmente suspender el pago a los beneficiarios del ERE del 2007. La ley
del hielo comienza a hacer efecto. En ese momento fue Mercasevilla la que
asumió gran parte del pago a los prejubilados del 2007, recordemos, 40
trabajadores que voluntariamente habían firmado un contrato con la Junta de
Andalucía y Mercasevilla. Obviamente los extrabajadores iniciaron las acciones
legales pertinentes para que la Junta de Andalucía, Mercasevilla y la compañía
aseguradora Banco Vitalicio (actual Generali) respetaran las condiciones
contractuales del 2007, igual que estaban haciendo con las de 2003. Pero la
realidad del status quo se impone. En noviembre de 2012 siete sentencias del
Tribunal de la Sala de lo Social de Sevilla condenaron a Mercasevilla al pago
de la totalidad de los EREs del 2007, pero en ningún caso hicieron responsables
a la Junta de Andalucía del pago del mismo.
¿Qué significa esto? Recordemos que el
51% del capital de Mercasevilla es del Ayuntamiento de Sevilla, gobernado desde
junio de 2011 por el señor del PP Juan Ignacio Zoido, y el 48% de su capital es
estatal, de la SEPI, adscrito al Ministerio de Hacienda y Administraciones
Públicas de España, encabezado desde el 2011 por el también señor del PP Cristóbal
Motoro. Esto es, de un plumazo los juzgados andaluces deciden librar a la Junta
de Andalucía del muerto apestado de los EREs del 2007 de Mercasevilla. Obviamente
no faltaron los ayes y golpes de pecho por parte del ayuntamiento de Sevilla. Y
el señor Zoido al imponer un recurso contra estas sentencias ante el Tribunal
Superior de Justicia de Andalucía declaró: «No voy a consentir que los trabajadores de buena fe de
Mercasevilla que se acogieron al ERE tengan un trato distinto al de tantos
miles de trabajadores cuyas pólizas de seguro de rentas han sido respetadas por
la Administración autonómica» Hermosas palabras sin duda, hermosas y tan vacías
de afecto como el beso de una prostituta en un burdel de guerra.
Hoy, los 37 extrabajadores acogidos al plan de prejubilación
de 2007, tres han fallecido ya, penan por los juzgados y los pasillos de la administración pública
andaluza. La última sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía,
promovida por el recurso interpuesto por señor Zoido afirma que el ERE del 2007
es ilegal por abusivo y fraudulento y exonera a Mercasevilla de tener que pagar
a los trabajadores y reclama a los 37 de Mercasevilla a devolver todo lo
cobrado indebidamente. ¿Qué es esto de indebidamente? Pues todo lo cobrado por
encima de los 45 días por año trabajado, que es la indemnización máxima legal
por despido improcedente según la ley vigente en 2007. ¿Despido improcedente?
Pues sí, el Tribunal de la Sala de lo Social de Sevilla fue capaz de librar del
muerto a la Junta de Andalucía, y el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía
ha sido capaz de librar al Ayuntamiento de Sevilla de cualquier
responsabilidad. Ni PP ni PSOE son responsables. ¿Quién lo es entonces?
Obviamente los extrabajadores de mercasevilla, los que voluntariamente firmaron
en 2007 un plan de prejubilación con Mercasevilla y La junta de Andalucía y que
de la noche al día, resultó ser un despido improcedente. Claro, sólo el del
2007, no el del 2003, ni el de “de tantos miles de trabajadores cuyas pólizas
de seguro de rentas han sido respetadas por la Administración autonómica” fin
de la cita.
Esto es lo que durante varios años no se ha contado. Cada
poder afectado ha expuesto la parte del cadáver del otro que para sus intereses
más convenía. Pero en este juego mafioso de la política y la justicia española
si alguien tiene que salir mal parado, no lo olvidemos, jamás serán ellos. 37 personas
se acogieron a un plan de prejubilación que su empresa les ofreció, no lo
pidieron, no lo negociaron, se lo ofrecieron con todos los avales y garantías
posibles. Aceptaron, y ahora, en lo que debía ser su retiro no hacen más que
penar de un sitio a otro topándose con la deshumanización de un sistema que los
ha utilizado a su antojo para desprestigiar al prójimo y, ya agotado el filón y
próximos otros escándalos que entretengan a la plebe, los desecha, arrincona,
olvida y los condena a la miseria. Esto es España.
(Rafael Domínguez, presidente del comité de empresa consolando a una extrabajadora)
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