3 mar 2012

QUIERO A MI BATIDORA 2.0


Mi mamá me mima

 

Mi hijo tendrá todo lo que yo nunca tuve, todo lo que mis padres no pudieron darme y todo aquello que pudiendo dar no me dieron. Mi hijo será el más listo, el más guapo, el mejor vestido, el que más destaque, el líder de su grupo. Será el primero, como sus padres, y yo le diré con quién debe y no debe juntarse, porque sólo yo sé lo perniciosas que son las malas juntas y los amigos a destiempo. Mi hijo no va a pisar la calle porque en la calle no se aprende nada bueno, porque en la calle están los niños que no son queridos por sus padres, porque qué padre querría que su hijo se criara en la calle. Allí están los hijos olvidados, los dejados a su suerte, los que serán unos golfos el día de mañana, los que se picardean con las niñas y no prestan atención a las cosas que deben. Los que no leen. Los que no aprenden. Los que no son ni serán nunca nada. Los que después hacen botellones y dejan embarazadas a las niñatas. Los que se drogan y roban, los que empiezan fumando y acaban enganchados a la heroína o alcoholizados. No mi hijo no se criará en la calle.
Mi hijo va a leer porque para eso le compraré libros, y en su habitación, junto al ordenador y a la PlayStation le pondré una de esas lámparas de pie que son tan útiles para leer, de las que tienen la pantalla de papel y van a juego con el parquet de bambú que tendrá toda la casa en ese momento. Nosotros no seremos de esos padres que no enseñan a jugar a sus hijos, porque para eso tenemos la Wii con cámara en el salón y le enseñaremos a jugar al futbol, a esquiar, a cazar fantasmas y dominar extraterrestres espaciales, para que no se aburra solo. Claro que eso será después de que vuelva del kárate, equitación y solfeo. Escuché a alguien que decía que el solfeo les viene muy bien a los niños para entender las matemáticas… ¿o era la geología? Sea como sea, lo que está claro es que desde la guardería tiene que estar en un colegio privado. ¡Ay, si mis padres hubieran podido meterme en un colegio privado! ¡Cuánto no se los he tenido que reprochar! Si yo hubiese estudiado en un colegio privado seguro que las cosas me habrían ido aún mejor. Sería más listo y sabría más porque allí te enseñan a aprender y a desarrollar tus capacidades. ¿No ves que todos los niños de los colegios privados tienen mejores notas que los de los públicos y pueden estudiar mejores carreras? Si yo hubiese estudiado en un colegio privado habría tenido amigos ricos y yo sería su líder, y me hubieran llevado a veranear con ellos, porque eso es lo que hacen los niños ricos. Hubiera jugado con ellos en sus casas enormes y habría paseado por los barrios buenos. Además seguro que habría influido positivamente sobre mis padres y les habría ayudado a que fueran mejores padres.
¡Qué mal lo hicieron mis padres! Claro que hicieron lo que pudieron, y si no llega a ser por mí, y lo listo que soy, habría acabado como cualquiera. Como el pobre de mi vecino que no tiene ni para una consola de segunda mano ni para libros y se las tiene que pasar jugando con su hijo en la plaza o leyéndole esos libros viejos que dice que su padre le leía a él y que ahora lee a su hijo. El desgraciado de su hijo será un pelele porque va a un colegio público y sale del colegio y nadie le ayuda a hacer los deberes, ¡los hace solo! No tiene ni un profesor de apoyo que le diga cómo hacer las cosas, sólo sus padres. Ellos le están privando de la oportunidad de formarse y desarrollarse y si quiere meterse en internet lo hacen con él, y si ve la tele lo hacen con él, y si llora no lo consuelan ni le dan regalos, le dicen que se levante que no ha sido nada y lo echan a la plaza a seguir jugando. El niño será un desgraciado porque en sus cumpleaños no van payasos ni los hacen en buenos restaurantes con juegos infantiles y piscinas de bolas, los hacen en casa y le obligan a ayudar en la cocina haciendo la tarta, y sólo van sus amigos. ¿Qué es de socializar con sus padres, de tomarnos unas copas para saber con quién anda tu hijo y así ordenarle a qué amigo debe acercarse y a cual repudiar porque no le conviene?
Padres como esos son los que llenan de infelices el mundo, menos mal que mis padres al menos no eran así, y yo, por supuesto, tampoco.

1 comentario:

Santiago dijo...

que lindo nene!! muy tierno, extraño cuando el mio tenia esa edad. ahora tiene 7 y no para de correr por todos lados, cuando salimos tenemos que ir a restaurantes con juegos porque sino las otras mesas se quejan